Un nuevo capítulo del manga de Dragon Ball Super ha llegado y con este episodio #44 tuvimos una interesante progresión en la personalidad de Vegeta y notamos su convicción a la hora de enmendar sus errores del pasado.
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Resulta que el nuevo villano de la franquicia, Moro, el temible hechicero sí tenía un plan de acción: conseguir las esferas del Dragón del Nuevo Planeta Namek.
Tras descubrir las intenciones de Moro, Goku y Vegeta se teletransportan y tienen como plan detener a Moro antes de que acabe con la gente de Namek y evitar que pida un deseo. Al llegar al planeta, Goku alerta a todos los habitantes, por lo que deciden evacuar.
Los saiyan se sorprenden al ver la apariencia de Moro y sentir su ki, que aparentemente no es poderoso, sino “abominable”. De alguna forma, un pequeño namekiano llamado Esca había quedado atemorizado en su casa, y no había evacuado. Moro usando sus poderes atrae al niño hasta su presencia, y aparentemente lo iba a “devorar”, aunque no se vio la manera en que esto iba a pasar. Como ya deben de saber, este ser devora la energía de muchos planetas.
Pero antes que consiga acabar con la vida del perqueño Esca, Vegeta se lanza contra el villano y patea su brazo…
Para luego tomar al pequeño y ponerlo a salvo…
Una escena muy fuerte considerando que el Príncipe de los Saiyan en el pasado exterminó a muchos namekianos duranta la saga de Freezer. Tras esto Moro y Vegeta tienen una charla, donde el Príncipe explica sus motivos.
“Les hice un daño enorme. No voy a permitir que otro de ellos perez*ca”. Así que de esta manera, el personaje de Vegeta vuelve a desarrollarse más y cierra en cierta forma un pequeño arco de su pasado.
Ahora sabemos que el Príncipe recuerda bien lo que hizo en el pasado, no solo en la Tierra, sino también en el espacio.
